domingo, 4 de mayo de 2014

ZY, LA HISTORIA DEL BASTARDO CAPITULO IX


¡¡¡A la güenas noches!!!

Creo recordar que os dije que yo llevaba gafas. Pues hoy os voy a contar unas cuantas cosillas sobre la vida bastardil gafera.

 A lo que iba...

En el campamento no había bombillas, por que como estábamos en el siglo XVIII y todas esas cosas, todavía no se habían inventado, y yo, que ya no veía muy bien de nacimiento, pues de tanto forzar la vista, se me quedo un ojo pipa ( como a la Sony y a la Paris Hilton) y me quede medio cegato.


No tanto como Warth, porque mi sangre no es tan pura, pero que vamos... Que veo menos que un pulpo en un garaje.



Throe, que siempre ha sido el más fino de la banda, un día, muy delicadamente me dijo:



- ¡¡¡Zypher, cojones!!! ¡¡¡ O me miras a mi o a Xcor, pero a los dos a la vez no, que me das mal rollo.!!!!



Y yo que  no me había dado cuenta de que tenía un ojo mirando pa Portugal y otro pa Grecia intente enfocar la vista hacia el con los dos ojos, pero lo veía doble.... Qué horror. No tenía suficiente con unos, que ahora veía dos, y encima borrosos.



Mi trahyner se armó de paciencia y se acostumbró a que lo mirara mal, en el buen sentido de la palabra,  y ya en la era moderna, harto de verme ponerme bizco y estrabico, me llevó a un oculista.

El señor dela consulta me sentó a oscuras en una sala y me hacía leer unas letras raras en una pantalla  y como yo todavía no sabía leer pues las decía al boleo.

¡¡¡ No di ni una!! ¡¡ Pero ni una!!!

El diagnóstico fue estrabismo, estigmatismo, miopía, hipermetropía y el ojo  vago...  Bueno, no es que fuera vago es que directamente no tenía ni putas ganas de trabajar y  claro, el hombre empezó a probarme cristales , a ver cuáles eran pa mí y al final, cuando dimos con mi graduación, me hizo unas gafas.

Pesaban un huevo, porque por aquellas todavía no se habían inventado los cristales reducidos, pero yo iba feliz por la vida, porque por fin veía bien.



Mis reflejos como guerrero aumentaron, pero raro era el día que los jodidos lessers talcosos no me las rompieran, y cuando no me las rompían, simplemente las perdía o me sentaba encima de ellas.

A ver, que fueron 200 y pico años acostumbrado a no llevarlas, y cuando me las pusieron, pues se me olvidaban...

Y el sire Xcor me daba de hostias porque decía que no podía ser tanto gasto con las putas gafas y el teléfono, (acordaros de que yo era adicto a la línea caliente del 900 555 555 555 )  que nos íbamos a arruinar.

Al final me acostumbre a llevarlas, y Throe me enseñó a leer y un nuevo mundo se abrió para mi desde entonces.

Leía todo lo que tenía a mano... Hasta los ingredientes de las sopas de sobre, y es que dicen que el saber no ocupa lugar y yo que soy muy cotilla...

Ah!! También pude comprobar que mi nalla estaba más buena cuando la miraba con gafas  que cuando la vi por primera vez, cuando achicharro al Bloodletter como a un malvavisco. Y claro, cuando la vi, tan nítida y tan clara... Pues me enamoré más.

Y esa es la historia de cómo un bastardo empezó a ver la vida desde otra perspectiva.

En fin... Me voy a la óptica con mi nalla, que me ha dicho que me va a comprar lentillas, que está harta de que me cargue los cristales cada dos por tres.

¡¡¡Hasta la próxima!!!!


 

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