REHVENGE: *Entramos al restaurante, la mesa que reserve esta ya preparada. El mäitre
nos conduce hacia ella, y yo retiro la silla de Marissa, como todo un
caballero, para que se siente. Nos entregan las cartas y la carta de vinos, en
cuanto yo, también tomo asiento y acomodo mi bastón cerca de mí... Nunca se
sabe*
-¿Te gusta el sitio, querida?
-¿Te gusta el sitio, querida?
MARISSA: -gracias
*le digo tras la galantería, desde donde estoy sentada veo perfectamente
todo el establecimiento, me quedo encantada con el lugar*
-es un restaurante precioso Rehvenge tienes un gusto exquisito
*el inclina la cabeza a modo de agradecimiento y se pone a ojear la
carta de vinos*
-has estado ya antes en este restaurante?
REHVENGE: *Ante la pregunta sonrío
por encima de la carta*
-Podría haberte traído a cualquiera de los que me pertenecen a mi o a
mis socios, pero seguro que tendría a algún soplón de tu hellren vigilandonos.
Este es mi secreto, el lugar donde vengo cuando quiero alejarme de todo, sin
renunciar al lujo.
*La lleno la copa con el vino que
ya estaba sobre la mesa, enfriándose en su hielera, cuando llegamos*
-... y estar seguro de que ni a los hermanos ni a mis propios socios,
los tengo pegados en el culo ¿No queremos que nos estropeen la velada, verdad,
Rissa? *La digo alzando mi copa, y sacando de mi abrigo un anulador de
frecuencias que enseguida enciendo*
MARISSA: *sonrío*
-mi hellren, no haría eso, el confía en mí no tiene necesidad de eso.
*bebo de la copa que me sirve Rehvenge y miro la carta*
-no creo que nadie nos interrumpa la cena a no ser que sea una
emergencia_*miro por encima la carta*_¿ qué me recomiendas?
REHVENGE: *Sonrío*
- Tranquila, ya pedí por los dos.
*El camarero nos trae los
entrantes en ese momento*
-Espero no te importe que me haya tomado esa libertad, no puedo dejar
que tu exquisito paladar se pierda las especialidades de la casa.
MARISSA: *asiento en modo de
agradecimiento*
-me parece bien que hayas elegido tú, tu paladar es buen consejero
*le sonrío y pruebo uno de los entrantes*
-mm esta exquisito, ¿ qué pediste de plato principal?
*le miro con curiosidad*
REHVENGE: *Estoy tan embelesado
con la belleza de Marissa , está aún más hermosa y radiante que cuando me
alimentaba de ella... Seguramente de no haber existido ese maldito poli, ella y
yo... ~Vuelve al mundo real sympath, ella tarde o temprano se hubiera dado
cuenta de que eres un engendro un monstruo impuro dentro de la raza ~Pero yo
estoy acostumbrado a tomar lo que quiero, me sorprendo deslizando mi dedo sobre
la suave piel de los muslos de Marissa, y aparto la mano avergonzado... Sí,
todo lo que quiero, pero eso no incluye a mujeres... Ellas deben venir a mí
voluntariamente, y Marissa eligió a ese maldito vampiro mestizo... Lo dicho,
que estoy tan embelesado en mis pensamientos que no me percato de su pregunta
hasta pasado un rato*
-Esto, ejem... Pedí carpaccio de ternera con salsa de trufas. Estoy...
seguro de que te encantara.
*Ahora solo puedo pensar que mi
caricia ha podido violentarla, y eso me hace sentirme horrible... me hace
sentirme igual que mi verdadero padre o al padre de Bella.
MARISSA: *me parece notar una leve caricia en mi muslo, lo cual hace que
me ponga un poco rígida, le miro y parece perdido inmerso en sus pensamientos,
no podía ser~ serán imaginaciones mías ~*
-seguro que estará delicioso.
*el me mira fijamente esperando algo de mí, por lo que la caricia pasa
por mi mente acompañada con una imagen de Butch, lo que hace que baje un poco
la cabeza*
REHVENGE: *No me harían falta mis poderes para saber que pasa por su
cabeza, aunque con facilidad, si no fuera yo, seguramente podría convertirla en
mi muñeca, con mis habilidades sympath... Pero yo soy incapaz de eso. Me tomo
la libertad de colocar mi mano sobre el dorso de la suya*
- Lo siento, Rissa, si he dicho o hecho algo que te haya importunado o
violentado.
* La digo esperando, suplicando, vanamente, para que aquella distraída,
aunque subconsciente, caricia, no haya sido la causa de ese gesto de pudor e
incomodidad... Mentirse a uno mismo, a veces, es lo que nos separa de un lado u
otro del abismo*
MARISSA: *el contacto de su mano hace que despierte de mi ensoñación, le
miro*
-no te preocupes Rehvenge está todo bien
*se me viene a la mente aquellos días en los que me alimentaba de él y
un rubor cubre mis mejillas*
-discúlpame tu, esta noche tengo la cabeza en otra parte, no estoy
siendo una buena compañía
REHVENGE *sonrío, tratando de transmitirla confortabilidad*
-Tranquila, Marissa... No estamos
haciendo nada malo.
*aunque, por mi mente sí que
pasan cosas muy malas y sucias: su cálido cuerpo siendo mordido, para alimentar
al mío; y ciento que esas fantasías, que trato de bloquear, me han provocado
una incómoda erección, que trata de disimular con el mantel* -
Es de buena educación dejarse algo en el plato ¡Ejem! ¿Qué tal si
pasamos a los postres?
*la imagen de Marissa tendida, lúbricamente extendida, sobre aquella
mesa, desnuda y con cara de goce, se incrusta en mi cabeza como un picahielos*
-¡Ejem! ¿Qué tal unas trufas?
*dios mejor no describo lo que
pasa por mi mente*
- ... o lo que quieras _ *e inmediatamente digo sin pensar arrepintiéndome
al instante por la evidencia en que me deja eso*_.. Menos plátano o mango.
MARISSA: *sonrío a Rehv, el siempre tenía las palabras adecuadas para
cada momento, era bueno no haber perdido su amistad, suspiro y río*
-gracias Rehv, lo estoy pasando muy bien
*asiento ante sus palabras*
-está bien, pero no sabía que te tuvieras algo en contra de esas frutas
*reviso la carta y me decanto por un trocito de tarta de queso*
-yo tomare tarta de queso, ¿Qué vas a pedir?
*dejo la carta a un lado y observo que está un poco incómodo*
-¿te encuentras bien?
REHVENGE: *Asiento, mientras
trato de bloquear esos pensamientos libidinosos de mi mente... Lo que menos
necesito ahora es buscarme problemas con los Hermanos, sobre todo porque eso podría
afectar a mi querida Bella y a mi
pequeña sobrina Nalla*
-Sí, si claro...
*Miro la carta de postres, y mi mente perversa, mi lado sympath, quiere
ver cada uno de ellos esparcido por encima del cuerpo de Marissa. Dejo la carta
a un lado, y construyo una sonrisa que no delate mi angustiosa lucha interior*
-Creo que tomare un Frapuccino,
solamente.
*Los pezones y el sexo de Marissa
cubiertos con la crema mientras la mezcla de café, hielo, leche condensada, wiski,
se desliza por su sedoso cuerpo, y me veo lamiéndolo con gula*
-... No... Mejor un té *sonrío y asiento, algo sofocado por las imágenes
que mi otra naturaleza o quizá mi subconsciente, ponen en mi cabeza ¿Cuándo fue
la última vez que estuve con una hembra?*
MARISSA: *lo noto distraído, como
si no estuviera en este lugar, asiento y en ese instante viene el camarero, al
cual hacemos nuestros pedidos*
-¿seguro?
*dejo la carta a un lado y le miro seriamente*
-si tienes algún problema, puedes contar conmigo
*pongo mi mano encima de la suya, para darle mi apoyo*
-si necesitas hablar para desahogarte o algún tipo de ayuda, ya sabes
que te ayudare sin dudarlo
*sonrío y aparto mi mano para que el camarero deposite nuestros pedidos*
REHVENGE: *El tacto de su mano no
hace nada por tranquilizar mi mente, y aún más mi libido... ¡Dios! lo que pasa
por mi mente cuando siento la calidez de la palma de su mano, es mejor no
describirlo. Cuando traen los postres la respondo*
- No, no... Te preocupes no es nada
~solo quiero follarte hasta
dejarte seca, y de las formas más retorcidas~ *pienso*
MARISSA: *asiento mientras le
sonrío, aunque no me quedo muy tranquila*
-está bien Rehvenge
*suspiro, sabía que me estaba mintiendo*
-si cambias de idea ya sabes mi numero
*pruebo mi tarta de queso*
-esta exquisita, ¿quieres probarla?
REHVENGE: *cojo aire, y aprieto
mis puños, clavándome las uñas en las palmas de las manos, por debajo de la
mesa, para que el dolor bloquee cualquier pensamiento o deseo de mi otra naturaleza,
y pruebo el pedazo de tarta que Marissa me ofrece*
- Si, está muy buena.
*siento como la sangre corre por mi puño y gotea en el suelo. Antes de
irme dejare una buena propina por tan asquerosa suciedad... Menos mal que este
local solo es para humanos y dirigido por humanos, eso me tranquiliza... Si un
vampiro oliera siquiera mi sangre, bueno, podría dar por pedida mi privilegiada
vida*
MARISSA: *sonrío*
- ¿ a qué si?
*la sonrisa desaparece para volverse en preocupación al ver la sangre
que cae por su puño*
-estas sangrando Rehvenge.
*le miro preocupada*
-te encuentras bien, quieres que le eche un vistazo?
*extiendo mi mano*
REHVENGE: -No es nada, un simple
arañazo.
*digo simulando una sonrisa despreocupada, al tiempo que limpio la
sangre con un pañuelo que me saco del bolsillo, y que... en cuanto llegue al
Comodore, tendré que quemar*
- ¿Quieres que pidamos ya la cuenta o te apetece una infusión?
MARISSA: *tomo mi copa con la
mano que tenía extendida mientras asiento*
-no con esto ya voy bien, si tu no quieres nada más adelante
*termino el ultimo pedazo de mi plato, estaba ya llena y no podía tomar
nada más*
-gracias por esto Rehvenge.
*sonrío agradecida*
-lo he pasado muy bien cenando contigo, gracias por invitarme
REHVENGE: *fuerzo una sonrisa,
mientras pienso como disimular mi erección cuando nos levantemos*
- A mí también, creo que necesitábamos algo así... vernos en privado
como amigos... ya sabes, con nuestro pasado y luego tu emparejamiento...
*trato de explicarme y rezo porque ella me entienda*
MARISSA: *lo cierto es que desde
que estaba emparejada y atender lugar seguro no tenía tiempo para nada más*
-lo siento Rehvenge, tienes toda la razón...he estado tan ocupada que no
he tenido tiempo para nada.
*le sonrío*
-nos veremos más a menudo, no quiero perder tu amistad
REHVENGE: *pago la cuenta,
pensando en que si mi reacción ante su cercanía es la misma en otras ocasiones
no sé si sería recomendable*
-Ni yo la tuya... ¿Quieres que te
lleve en mi coche o prefieres que te pida un taxi por si Butch se molesta?
MARISSA: *pienso en que Butch era
protector pero sabía que había salido a cenar con Rehvenge*
-no quiero ser una molestia.
*sonrío*
-me desmaterializare, no te preocupes sé que estas muy ocupado, por lo
que te agradezco que me hallas hecho un hueco
REHVENGE: -siempre tengo tiempo
para los amigos.
*sonrío, de nuevo forzado, por mis deseos por ella. La veo salir tras
despedirnos castamente, lo que no evita que me excite su olor, y ya en la calle,
asegurándose de que nadie la vea se desmaterializa. Yo cojo el coche,
intentando pensar en cosas asquerosas para bajarme la erección*
CONTINUARÁ....
CONTINUARÁ....

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