miércoles, 4 de septiembre de 2013

PERDIDA EN MIS PENSAMIENTOS ( JANE)



JANE: *Suspiro y bebo un poco de café.
La anatomía de los vampiros era similar y a la vez tan distinta a los humanos que me causaba problemas encontrar ciertas soluciones para las enfermedades que los aquejaban.

Por ejemplo, los partos.

Los que les pasaba a las hembras tenía que ser por una razón, no podía ser que la medicina no hubiera podido encontrar algún remedio o suero para detener el sangrado mientras el bebé nacía.

Algo se me estaba escapando y me frustraba mucho. Los resultados, los estudios, los libros que encontré sobre la anatomía de vampiros no ayudaban.

Nunca se había tratado este tema, lo tomaban como algo natural pero yo no iba a rendirme, no era así.


Miro alrededor buscando algún libro que no haya leído y mi vista queda clavada en los pantalones de cuero de V.
Sonrío recordando lo que hicimos anoche.
Dios, había estado tan caliente. Vishous había despertado una parte mía que no conocía, me encantaba. Cerrando mis ojos visualizo a mi hellren recostándose en la cama del ático, atándose.

Yo me había acercado para cerrar la última esposa que él no pudo alcanzar.
Le di un beso y le tape el rostro. Me moví hacía la pared de los juguetes, encontré un látigo con varias puntas.
Hacía poco me había atrevido a usarlos en V, me había negado a hacerlo hasta que supiera como manejarlos, por lo que había tomado una especie de curso fetiche y había sorprendido a mi vampiro.
Nunca iba a olvidar esa sonrisa que me dedico cuándo se enteró. El cuerpo de V ya estaba excitado.

Me acerqué y pase el látigo despacio por su pecho y me alejé.
Tomé una vela y me acerqué nuevamente derramando un poco de cera sobre su pecho. El gemido ronco hizo que me excitara.
Posicionándome entre sus piernas levanté mi látigo y azote suavemente sus muslos internos, rozando sus testículos, lo que llevó a que su cuerpo se sacudiera un poco.

Sus pantalones de cuero estaban tensos, había lamido mis labios y agarrado pinzas para pezones.

Despacio, regulando la presión, le había puesto una en cada tetilla disfrutando de como su cuerpo reaccionaba. V estaba encantado con lo que le estaba haciendo, lo ponía a mil y había una parte de su duro cuerpo que lo confirmaba.
Me saqué la ropa y me subí encima de él, dejando que mi sexo se posara sobre el suyo, cubierto. Seguí esparciendo cera en su pecho y su abdomen, mientras de vez en cuando movía mis caderas contra las suyas un poco y el látigo volvía a estallar sobre sus muslos. Toda esa tortura llevó a que se corriera con los pantalones puestos, me encantó.

Casi hizo que me viniera sin que siquiera me haya tocado.
Lo solté y enseguida se dispuso a compensarme en la cama que teníamos allí, lo que quedo de la noche y muchas horas del día.
Fue cansadoramente placentero y demandante.
Al volver a la realidad me doy cuenta que me estoy tocando solo con el recuerdo pero hay algo más, el olor...ese delicioso olor.
Abro los ojos y veo a Vishous parado mirándome. Su mirada diamantina está llena de lujuria y su sonrisa me dice que tiene ganas de comerme por un buen tiempo.



Mi libro cae de la cama y el cuerpo grande de mi hellren sube a ella para poder gozar juntos de un tiempo que nos dejará satisfechos y cansados pero unidos, como planeamos estar tanto tiempo como se nos permita*

CONTINUARÁ....

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