sábado, 28 de septiembre de 2013

LOS DEBERES DEL PRIMALE Y DE UNA ELEGIDA( PHURY Y CORMIA)


 PHURY Y CORMIA VIENEN DE: REUNION EN EL RANCHO

PHURY: *Cojeando más que nunca, me dirijo a nuestras habitaciones privadas y tras cerrar la puerta tras de mí, me quito primero la camisa, y luego las botas y los pantalones y veo o que está causando el inusitado dolor.
Con las prisas, me abrochado mal la prótesis y uno de los arneses se me está clavando en la carne, haciendo que vea las estrellas y suspiro porque además con el parloteo de tanta hembra junta se me ha quedado la cabeza como un bombo.
Yo intento hacerlo lo mejor que puedo, pero entre que he vuelto a las patrullas y el rancho, siento que necesito que alguien me ayude un poco.
Me quito la prótesis, y agarrándome a las paredes y con la ayuda de la muleta, estoy dispuesto a llegar a la ducha, cuando la puerta de nuestra habitación se abre con gran estruendo y trago saliva, cuando veo a Cormia, casi echando fuego por sus maravillosos ojos verdes.*
-¿Algo va mal, leelan?


* Pregunto afianzándome sobre la muleta y agarrándome a la puerta del baño para no perder el equilibrio.*

CORMIA: *Después de tranquilizar a mi niño y dejarlo a cargo de una de mis hermanas, pongo rumbo a nuestra habitación para poner en marcha mi plan.

Abro la puerta con fuerza y la cierro a mi espalda sin separar mi mirada de él.*
- Así que nuestra obligación es servir a que la raza crezca y debemos dar guerreros fuertes ¿me he dejado algo?
*Me acerco a un pequeño armario y comienzo a sacar ropa nuestra que dejo sobre la cama mientras mi hellren me mira sin poder pronunciar palabra. Oculto una sonrisa al darme cuenta de que lo estaba haciendo bien. Decidida a seguir hasta el final, pues en el fondo sí que me habían ofendido sus palabras, vuelvo a ponerme mi máscara invisible de seriedad y enfado.*

PHURY: *Algo confuso la miro desde la puerta del baño y miro la ropa que está sacando y no entiendo nada.*
-Claro, leelan....Eso es lo que he dicho. ¿No querrás que tus hermanas se vayan con cualquiera? Alguien de la Glymera, por ejemplo. Mira Assail...podría ser uno de los nuestros, debido a su linaje y prefiere seguir con sus asuntos aquí en Caldie.
* Murmuro, apretando el agarre de mi muleta, porque no sé por qué, la pierna buena me está empezando a temblar, y siento como un nudo que no tiene nada que ver con la excitación, se está formando en mis testículos y cuando la veo sacar una pequeña maleta, ese nudo subo por mi estómago hasta mi garganta y comprendo lo que es: Es pánico. Simple y llanamente pánico.*
-¿Que estás haciendo con eso?
* Pregunto no muy seguro, mirando el montón de ropa y la maleta.*

CORMIA: *Saco una pequeña maleta en la que comienzo a meter su ropa, asestando algún que otro golpe al dejarla dentro.*
- ¿De verdad no te has dado cuenta de lo que estoy haciendo? - levanto la mirada enfadada hacia el - creía que estaba muy claro, oh gran Primale de la raza.
*Vale. Realmente me habían sentado mal sus palabras y el hecho de tomarle el pelo era solo una excusa barata que estaba dejando salir el verdadero problema: nunca compartiría a mi hellren con nadie y no me gustó nada que el hiciera referencia a las tareas de las elegidas antaño establecidas.*
- He cumplido con mi deber como Elegida, ahora necesito que te marches de mi habitación porque tengo que cuidar al pequeño Aggy para que sea un buen guerrero en el futuro.
*Mi voz se va rompiendo poco a poco pero mantengo la compostura, no me mostraría como una hembra débil frente a el.*

PHURY: -¿Comooooooo? Espera...espera un momento...
* Me tambaleo sobre mi muleta y como pudo avanzo hasta la cama, y más que sentarme, lo que hago es dejarme caer.*
-Pero tú eres MIA....Cormia, eres mi shellan... ¿me estás insinuando que yo tengo que servirlas?
*En la expresión de horror que se forma en mi rostro no hay duda posible.*
-¡¡¡No voy a servir a ninguna de ellas!!! Ni como Primale ni como nada. Ellas son libres para hacer lo que les dé la gana, y yo solo me preocupo de su bien estar, pero no voy a servir a ninguna de ellas, porque en mi corazón solo hay sitio para una y esa eres tú.
*Nervioso me masajeo el pelo y miro de nuevo la maleta, como si en vez de ropa contuviera una bomba.*
-Leelan...Yo solo he estado contigo...Bueno. En cierto modo, porque una vez en el Im me... Bah!!! Eso da igual, porque no me voy a tirar a ninguna de tus hermanas. Primale o no, yo elegí estar contigo y no con ellas.
*Alzo mis ojos ambarinos hacia ella e intento coger una de sus manos entre las mias.*
-Cormia, leelan...Por favor... Nosotros somos una familia. Tú, Aggy y yo... No puedes hacerme esto.

CORMIA: *Sus palabras se clavan en mi corazón y duelen, por todos los demonios que duelen.
Lo miro sin poder ocultar las lágrimas que amenazan con correr libres por mis mejillas mientras sujeta mi mano entre las suyas con cariño, como si así pudiese mantenerme por siempre a su lado.*
- Si somos una familia ¿a qué ha venido lo de mencionar que las Elegidas deben cumplir con su tarea para con la raza? - lo miro entre enfadada y dolida - y no me digas que eso solo se puede aplicar a ellas porque entonces también se debe aplicar lo mismo a tu condición de Primale.... Y yo no puedo aceptar eso, Phury.
*Retiro mi mano de las suyas y lo miro a los ojos desafiante.*
- Eres mi hellren y no te compartiré con nadie. Prefiero marcharme antes que ser testigo de.... - sacudo mi cabeza.

PHURY: -¡¡¡Pero leelan!!! Que yo no quiero ser el Primale. Que lo hice por Vishous, y tú lo sabes. Mierda...si hasta poco antes de conocerte yo nunca había estado con ninguna hembra...
Con la única que quiero estar es contigo y con nuestro bebe... Pero debes de comprender que ellas esperaban algo de mí que nunca voy a poder darles y el mundo de ahí fuera es peligroso.... hay lessers, y esos bastardos... y gente como Assail...Yo lo único que pretendo es protegerlas de eso.
Ellas son libres de enamorarse de quien quieran y de llevarse a la cama al macho que a ellas les plazca, pero yo solo soy su Primale en funciones. Quien las guía...Por eso he pedido vuestra ayuda, porque no se hacerlo solo y por qué no quiero que algún desgraciado hijo de puta les haga daño, usándolas y tirándolas.
* Ahora las lágrimas silenciosas se me caen a mí y aparto de un manotazo la maleta, estrellándola contra la pared con rabia.*
- No me dejes, leelan, por favor... Tú y Aggie sois mi familia, y solo quiero estar con vosotros...

CORMIA: - Ellas no esperan eso de ti, no desde que soy tu shellan y tu mi hellren. Solo tú mencionas las antiguas tradiciones, ellas solo quieren ser felices y cumplir, en algunos casos pero no contigo, con el sagrado deber de Elegida.
*Miro la maleta en el suelo y a él, sintiendo un nudo en la garganta al ver las lágrimas cubrir su rostro.
Me acerco a él acunando su mejilla con mi mano.*
- Nunca podría dejarte Nallum, eres el único macho que quiero conmigo, el único con el que puedo imaginar mi vida...
*Antes de poder decir nada más, me veo capturada entre sus brazos. Envuelvo sus hombros antes de besarlo con anhelo, besarlo como si quisiera marcar con mis labios mi presencia en su vida.*

PHURY: * Un suspiro de alivio se me escapa de los labios cuando siento los suyos sobre los míos y sonrío, cuando me separo un poco, cogiendo su cara entre mis manos.*
- Me acabas de dar un susto de muerte, leelan... Y eso no se le hace a un hombre desnudo, sin pierna e indefenso.....
* Rio y la vuelvo a besar, agradecido de que lleve puesta una de sus túnicas y no los malditos pantalones vaqueros.
Mis manos suben por sus muslos, mientras la coloco a horcajadas encima de mí y sonrío de nuevo.*
-Te amo... Tú y Aggie sois mi vida, y nunca, aunque me eches a patadas, voy a dejaros...
*Esta vez, cuando nuestros labios se juntan, un rugido ronco nace de mi pecho, dejándole muy claro que ella es la única hembra que ha habido y que va  a ver en mi vida.*

CORMIA: *Rio con él, feliz después de que se me pase el enfado y todo  me saliera mal.
Vuelvo a besar sus labios que acallan mis gemidos provocados por sus hábiles manos recorriendo mi piel. Me separo de él lo justo para quitarme la túnica.*
- Ahora estamos en igualdad de condición, nallum.
*Bajo mis manos por sus hombros y brazos mientras me sumerjo en su mirada ambarina y sé que nunca en mi vida podré irme de su lado.*

CONTINUA EN:LOS DEBERES DEL PRIMALE Y UNA ELEGIDA PARTE II

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