sábado, 28 de septiembre de 2013

DESPEDIDA DEL RANCHO ( AMALYA, CORMIA, PHURY)


AMALYA VIENE DE : AQUI Y AHORA
PHURY Y CORMIA VIENEN DE: LOS DEBERES DEL PRIMALE Y UNA ELEGIDA

AMALYA: *Me había vuelto a bañar después de volver de ver a Syphon.
Cambiada con la túnica de elegida me dirijo al despacho del Phury.
No sabía si mi hermana Cormia estaría con él pero necesitaba informarle acerca de mi situación.
Estaba nerviosa, era el Primale y él nos protegía mucho.
Armándome de valor golpeo suavemente la puerta esperando que me dejara entrar*


PHURY: *Perdido entre papeleos, y facturas, oigo el suave golpeteo en la puerta y levantando la vista, y hablo con voz grave, pensando que tal vez sea Cormia con nuestro pequeño.*
-Adelante.
*Murmuro levantándome. El hacerlo siempre es doloroso, porque aunque mi pierna no esté ahí, aún, después de tanto tiempo, todavía la siento y pienso en que quizás debería tragarme mi orgullo de guerrero e ir a ver a la doctora Jane, para preguntarle si eso es normal.
Me sorprendo al Ver a Amalya, vestida con una túnica blanca de Elegida, en vez de su atuendo negro de Directriz y la hago pasar, instándola a que se siente.*
-Bienvenida, Amalya. ¿Qué te trae por este lado?
*Digo sentándome de nuevo, mientras intento colocarme en una postura más comoda.*

AMALYA: *sonrío nerviosamente y hago una reverencia hacia el macho*
- Buenas noches Sire.
* Me acerco a su escritorio al ver cómo se cómoda tras él.
Junto mis manos y las aprieto un poco para darme ánimos*
- Vengo a decirle que a partir de mañana no viviré aquí.
*cuando veo su rostro me apresuro a seguir para que no lo entienda mal*
- No es nada referido a mis hermanas ni a usted, usted es el mejor Primale que hemos tenido solo que....
* enrojezco y miro el piso*
- Me enamoré de un macho sire y, considerando los tiempos que corremos, no quiero poner en peligro su hogar y el de la hermandad. Por lo que estaré del Otro lado y, cuando venga a hacer visitas, encontraré a mis hermanas o a usted en otro lugar.
* Me quedo en silencio esperando que lo entienda y no se enoje conmigo*

PHURY: * Incrédulo ante sus palabras intento levantarme, pero se me engancha el pie de la prótesis en la  pata del sillón, y me voy hacia atrás, recuperando el equilibrio en el último momento, y agarrándome con los brazos al escritorio, la miro como si le hubieran salido cuatro ojos.*
-¿Y por qué te hayas enamorado ya no puedes quedarte? Yo...no lo entiendo. Acabo de daros a todas la libertad que merecéis, y ningún civil puede ser un peligro para nosotros....
*Me masajeo las sienes por que empieza a dolerme la cabeza.
Primero Layla y ahora Amalya..... ¿Por todo el Dhundd, que estoy haciendo mal? *
- Eres importante para nosotros, Amalya...Eres la Directice y nuestro vínculo con el Otro Lado, y no me puedes dejar solo con esto...No puedes hacernos esto a Cormia y a mí...
Y estoy seguro de que un simple macho, no podría hacer nada contra vosotras o la Hermandad...

CORMIA: *Después de buscar por todas partes a Amalya y no dar con ella, se me ocurre que sólo puede estar en un lugar.
Corro todo lo deprisa que puedo para estar presente cuando ella tenga que informar a Phury de su partida pero llego tarde.
Me doy cuenta de ello al abrir la puerta y encontrarme de con la mirada avergonzada de mi hermana y el rostro confundido de mi hellren. Entro en el despacho sonriendo hacia los dos, saludo a mi nallum con un rápido beso en los labios antes de ponerme al lado de ella y apoyarla después de escuchar lo último dicho.*
- Nallum, ella necesita marcharse para poder vivir tranquilamente con ese macho sin tener que imponérselo a las demás elegidas. Sabes que no podemos tener esto lleno de machos porque podría suponer un serio problema. Ella - miro orgullosa a mi hermana - sólo quiere hacer su vida, que es una de las opciones que diste anoche. No estará aislada de nosotros, simplemente vivirá en un lugar alejado para garantizar nuestra seguridad.
*Veo cómo mi guerrero comienza a boquear y mirarnos confundido a las dos, así que agrego rápidamente.*
- Phury, no podemos mantenerlas encerradas aquí y menos cuando han encontrado el amor.
*Me separo de ella para caminar hacia un lado del escritorio y tomar la mano de mi macho en la mía.*
- Imagina que tú hubieses sido simplemente un macho de la raza y no hubieses podido estar conmigo, a pesar de lo mucho que lo hubiésemos deseado, porque yo no podía dejar este sitio. Nallum, ella necesita este espacio y de nosotros depende darle confianza y seguridad para hacerlo y volver a nosotros en caso de necesitar ayuda, no crees?

AMALYA: *Las palabras de mi hermana me calman considerablemente, lo mismo que al Primale.
Me estaba poniendo muy nerviosa tratando de explicarle al Sire las cosas sin que se sienta mal ni con culpas de esto.
Respiro más aliviada cuándo veo que el Primale le sonríe a Cormia, se relajaba tanto a su lado. Miro el piso no queriendo ser una intrusa en ese momento hermoso entre los dos.
Cuándo se me hablar levanto mi mirada y asiento*
- Es así como dijo mi hermana Sire, aunque creo que no supe cómo expresarme.
Y ,cómo indique anteriormente, no dejaré mi puesto. Siempre seguiré sirviendo a la Virgen y a usted.

PHURY: *Suspiro aliviado y vuelvo a echarme hacia atrás en mi asiento, mientras las miro a ambas.*
-Bueno, si es así, sabes que eres libre de marcharte. Yo no os obligo a que os quedéis aquí, y comprendo que quieras pasar tiempo con ese macho, Amalya, porque si te hace daño, mi furia y la de toda la hermandad caerán sobre él.
*veo como suspira aliviada y sonrío, cogiendo la mano de Cormia entre mis manos.*
-Y solo te digo lo que a las demás...Si piensas emparejarte, o lo que sea, sabes que tienes mi bendición, pero procura no desviar tus atenciones del santuario, porque ahora eres el vínculo entre tus hermanas y el otro lado. Además...Allí sola, encerrada entre pergaminos y cuencos. Debe de ser aburrido.
*Sonrío ampliamente y miro a Cormia, mientras abro el cajón de mi escritorio.*
-En este lado se necesita dinero, y no creo que tú tengas mucho de eso, yendo y viniendo. Esto es un regalo de mi parte. Dale buen uso.
* Le tiendo un sobre lleno de dinero en metálico a Amalya y miro a Cormia, pensando en si he hecho mal o no.*

CORMIA: *Miro orgullosa a mi hellren y a mi hermana alternativamente.
Él había demostrado ser un macho de valía al entender a mi hermana en lugar de imponer su opinión.
Ella demostraba coraje al marcharse a vivir sola por amor. En mi interior deseaba que ese macho no traicionara su confianza porque ella lo estaba sacrificando todo.*
- Si necesitas ayuda para comprar los muebles y ropa para la casa solo tienes que hacérnoslo saber.
*Sonrío a ambos con cariño*
- Aunque me quedaría más tranquila si se pudiese instalar algún tipo de alarma que puedas usar para alertar a los hermanos en caso de necesidad.
*Miro apenada a mi hermana, solo esperaba que ella no interpretase mi deseo como una manera de control, sino como un método para protegerse si, la Virgen no lo quería, su seguridad corría peligro.*

AMALYA: *Me quedo sin habla por lo que me ofrece el Primale, quiero rechazarlo pero sería ofenderlo o esa impresión me da.
Me adelanto y agarro el sobre y le hago una reverencia a ambos*
- Yo se los agradezco, de todas maneras intentaré hacer algunas cosas para poder conseguir dinero.
* miro a mi hermana y muerdo mi labio*
-¿eso es necesario? digo ¿es tan peligroso allí afuera?

PHURY: -Sí que lo es... Está la sociedad Lessering y no te miento al decirte que no te gustaría encontrarte a ninguno de esos monstruos. Además están algunos miembros de la Glymera, de los cuales ya no contamos con su respeto y están esos.... Bastardos. La banda de Xcor. Ya sabes a quien me refiero. ... Esa panda de asesinos con dones de grandeza que casi matan a nuestro rey.
*El rostro se me crispa de furia al pensar en eso.*
-Debes de tener cuidado ahí fuera, Amalya. Lo más conveniente sería que si no quieres vivir aquí en el rancho con nosotros, lo hagas en el Commodore con Layla. Ella tiene alquilado un apartamento de Rehv allí y yo me quedaría mucho más tranquilo sabiendo que ninguna de las dos estáis solas.

CORMIA:* ¿Cómo decirle a ella que para nosotras sí que era peligroso estar fuera sin asustarla?
Menos mal que mi hellren sale en mi ayuda hablando con mi hermana.
Se me ilumina la mirada, o seguramente lo hace, cuando Phury hace referencia a Layla y su morada en la ciudad. Observo a Amalya sonriendo cómplice.*
- Podríamos hablar las tres para buscarte un piso en el mismo edificio - le guiño un ojo a ella - o simplemente para que te ayude a buscar algo fuera. Piénsalo y haznos saber lo que elijas, hermana.

AMALYA: *Muerdo mi labio sabiendo que mi hermana Layla estaba con el jefe de los bastardos. No creo que eso sea inconveniente.
Pero tenía que darle tranquilidad a todos, sobre todo a mí no quería repetir el encuentro que tuve cuándo conocí a Syphon.
Asiento*
- Me parece una excelente idea Sire. Me contactaré con Layla y podríamos vivir juntas, además de que sabrían dónde me quedo y podrían ir a visitarme cuándo quisieran.
* veo como Cormia sonríe y el Primale se relaja muchísimo más.
Le diría a Syphon los cambios de planes, solo esperaba que no se ofendiera y pudiera comprender.
Hago una reverencia una vez que planificamos lo del departamento en la ciudad y como contactar a Layla.
Me retiro de la oficina del Rancho y me dirijo a mi habitación, esta era mi último día aquí y disfrutaría cada momento mientras pudiera, por eso rechazo las lágrimas y me dedico a memorizar todo lo que puedo*

AMALYA CONTINUA EN: UNA GRATA SORPRESA

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