AMALYA VIENE DE: ME PERTENECES
CORMIA VIENE DE : DESPUÉS DEL BAÑO
AMALYA: *Me materializo en el rancho donde el Primale
había dado hogar a las elegidas. No era mi hogar, de hecho nunca me quedaba lo
suficiente pero casi todas mis hermanas estaban de este lado por lo que siempre
venía a visitarlas.
Ahora no sabía cómo enfrentar esto, tenía la sangre de Syphon en mí y,
si él quisiera, podría saber dónde ellas estaban.
Debo tomar una decisión difícil pero sería lo mejor, no iba a exponer al
Primale ni mis hermanas.
Syphon le diría lo que fuera a su Sire, tenía mucha lealtad y yo no
podía culparlo.
Con el corazón destrozado veo salir a Cormia con su pequeño milagro en
sus brazos, sonrío solo de verlo. Era hermoso.
Hago una pequeña reverencia a la esposa de nuestro líder*
- Es un placer verte hermana.
CORMIA: *Después del baño de Aggy decido salir a dar un paseo
bajo la luz de las estrellas en compañía de mi hombrecito, cautivada por la
manera en que la luz de las estrellas juega con las flores.
Protejo a Aggy en su manta para que no se resfríe ahora que el tiempo ha
comenzado a cambiar por uno más frío y salgo al exterior tarareando una canción
de cuna.
Me encuentro tan concentrada en acercar las flores a los dedos de Aggy
que en un principio no me doy cuenta de la presencia de mi hermana hasta que
ella llama mi atención cuando salgo hacia la zona más amplia del jardín.*
- Hola Amalya, me alegro mucho de verte.
*Me acerco a ella para darle un abrazo, en verdad estaba feliz por
verla. Llevaba varios días sin coincidir con ella ni con Layla y extrañaba
disfrutar de su compañía, aunque sin la ceremoniosidad usada en el Otro Lado.
Rompo el abrazo para que Aggy pueda saludarla también.*
- Di "hola" a la tía Amalya, cariño...
*Sujeto su manita para moverla delante de la elegida arrancándole una
sonrisa, quién sonríe ante ese gesto aunque la sonrisa no termina de llegar a
sus ojos que muestran la más absoluta tristeza.*
- ¿Te encuentras bien, hermana? - *pregunto preocupada acercándome a
ella para envolver sus hombros con mi brazo en un gesto de fraternidad*
AMALYA: * El niño es hermoso y me tiene encantada. Es un bebé
sano y lleno de alegría, lo cual no es extraño ya que está lleno de amor de sus
papás, las elegidas y la propia hermandad.
Nunca hubiera imaginado como esos grandes guerreros podrían ser tan
buenos con los niños.
Cuándo Cormia señala mi estado de ánimo respiro profundo para no perder
mi compostura.
Trato de sonreír para que no se preocupe tanto pero parece que no me
sale engañar.
Suspiro y comenzamos a caminar por el jardín *
- sé que he estado media desaparecida estas noches hermana.
*miro el piso*
- hay un macho especial y....
*el sonrojo es evidente por lo que trato de recuperarme para seguir*
CORMIA: *Al escucharla suspirar, froto su brazo intentando por
una parte darle calor y por otra animarla a continuar.
Sonrío hacia ella cuando menciona a "su macho especial" aunque
una pequeña parte en mi interior se preocupa también por su seguridad.*
- ¿Es alguien que conozcamos? ¿Algún macho de la glymera?
*Vuelvo a sonreír al ver esa mirada de mujer enamorada que llena su
cara, ese halo de felicidad que parece iluminarla más que las propias
estrellas.
Tiro de ella hacia un pequeño banco que Phury hizo mover al jardín y me
siento a su lado.*
- Cuéntamelo todo, hermana, no te dejes nada de nada.
AMALYA: *sentada al lado de mi hermana muevo nerviosamente mis
manos.
Sonrío un poco y miro el piso completamente roja*
- no es un macho de la glymera, podría ser un guerrero tranquilamente
pero es distinto.
No sé, lo conocí una noche cuando salí de compras.
* muerdo mi labio inferior*
- No es un macho con grandes recursos pero me tiene completamente
enamorada. No sé cómo explicarlo, fue algo que se dio.
* muevo mis manos nerviosa no sabiendo cómo explicarlo bien*
CORMIA: *La intriga se adueña de mi con cada palabra que
pronuncia. ¿Podría ser un guerrero pero no es de la glymera?
Una extraña sensación se adueña de mí ante la idea que se forma en mi
cabeza sobre el pretendiente de mi hermana.
Aprieto suavemente sus manos sonriendo hacia ella con afecto.*
- Lo que verdaderamente importa es si eres correspondida. ¿Ese macho
está enamorado de ti? ¿Corresponde tus sentimientos con la misma intensidad que
tú los sientes, Amalya?
*Cualquier tipo de duda desaparece de mí al verla asentir sonriendo de
tal manera que esa simple sonrisa podría iluminar esta noche.
Sólo esperaba que el macho del que estaba enamorada no perteneciese al
grupo que me temía. Aunque si lo hiciera, ¿realmente habría algún problema?
No lo creía porque si él amaba a mi hermana, tendría mi visto bueno
aunque no mi bendición. No hasta que supiera que no significaban un peligro
para mi hellren cada vez que salía de patrulla con el resto de la Hermandad.*
AMALYA: *Asiento*
-Él me ha dado mucha hermana, me ha demostrado lo mucho que me ama y de
hecho quiere ser mi hellren pero es complicado.
* suspiro y la miro tristemente*
- Por eso debo pedirte una audiencia contigo y tu hellren, no podré
venir más al rancho.
* Ante la sorpresa de mi hermana agarro una de sus manos*
- Hemos bebido uno la sangre del otro, él le debe lealtad a alguien más y,
hasta que no esté segura que esto no va a traerles peligro a la hermandad y mis
hermanas, no puedo arriesgarme.
No arriesgaré a nadie.
No puedo volver aquí ni a la mansión.
* esperaba que lo comprendiera*
CORMIA: *Me alegro mucho por ella al escuchar que él
quiere ser su hellren pero su mirada es la antítesis de la felicidad.
¿Que debe ausentarse? Miro mi mano ente las suyas y sus palabras suenan
lejanas cuando otra raya se pinta para confirmar mis temores.*
- ¿Es alguien poco recomendable para los Hermanos? ¿Para nosotros?
*La miro boqueando un poco, sintiendo la tristeza de la separación aun
cuando esta no se ha producido. Mis ojos se llenan de lágrimas que son mezcla
de felicidad y pesar.*
- Entiendo tus motivos pero no es justo. Su amor por ti debería ser
mayor a su lealtad con otros. Tiene que luchar por ti en lugar de ceder a su
jefe y dejar tu seguridad en manos de otro.
*Comienzo a hablar con la furia tiñendo mis palabras. No era justo que
mi hermana se viese obligada a abandonar a sus hermanas mientras él podía
seguir tan tranquilo haciendo su vida normal. Paso una mano por mis ojos para
secarlos.*
- No es justo, te entiendo pero no es justo.
AMALYA: *mis lágrimas asoman por mi rostro y miro el piso.
No lo había visto de esa forma pero ¿qué iba a pasar si le pedía que
dejara a su Sire?
Él no me vería más.
Respiro profundo y cierro los ojos*
- Lo se hermana pero hago esto por ustedes también.
* La miro a los ojos*
- Estoy poniendo a mis hermanas, al Primale y la hermandad por encima de
mí. Tal vez esto cambie en un tiempo pero no puedo asegurarlo ahora, y no los
expondré.
*Tomo una de sus manos*
- No llores hermana, yo trataré de verlas en otro lado. Las llamaré para
ver como están, si necesitan algo de mí.
* Mis lágrimas no podían parar si las de ella no los hacían. Levanto mi
mano y seco sus lágrimas viendo como el pequeño intenta hacer lo mismo*
- No seas infeliz Cormia, tienes un hijo hermoso y un hellren que te
adora.
CORMIA: *El enfado desaparece de la misma manera que llegó
mientras su voz se va quebrando a medida que habla, que se despide de nosotras
por amor.
Envuelvo sus hombros con mi brazo libre en un torpe intento de abrazo
consolador.*
- Es duro pero tienes que vivir tu vida, Amalya. Tienes que hacerlo
*sonrío triste* y yo no voy a ser la persona que te ponga trabas en el camino.
Eso sí *la miro seria* prométeme que no te marcharás esta noche, me gustaría
disfrutar de un último día contigo aquí antes de que vueles del nido.
*Río con ella y seco sus húmedas mejillas*
- No era mi intención hacer que te entristecieras, me alegro mucho por
ti y espero que todo te vaya bien. Sólo no olvides llamarnos a diario, si?
AMALYA: * Asiento y me paro cuando mi hermana lo
hace.*
- Me quedaré esta noche, de todas formas debo hablar con el primale.
* Con una sonrisa sigo a mi hermana dentro del rancho, me despediría de
mis hermanas.
Esperaba que no fuera por mucho tiempo.
Una vez dentro Cormia se despide por un momento para ir a buscar a su
hellren mientras yo iría a cambiarme de ropa y poder recoger mis cosas*
CONTINUARA...

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