sábado, 11 de mayo de 2013

EL PLACER DEL DOLOR. ( PAYNE) (VENGANZA III PARTE)



Viene de " segunda parte"

PAYNE: * Abro los ojos como platos sin saber cómo reaccionar ante... ¿un beso lanzado a través del teléfono? Eso sí, mi corazón se dispara a mil por hora y solo tengo gana de terminar con esto pronto.
Me encamino hacia la puerta y cuando voy a tocar , me detengo. ¡Qué demonios! 
Entro sin llamar y un sorprendido Havers me mira por encima de sus gafas detrás de su escritorio.-

-¿Quién eres...?- Empieza a preguntarme y le hago la señal de silencio sobre mis propios labios.-

- Shhhhhhh. No gaste saliva. No servirá de nada.-

 Cierro la puerta y la cierro con pestillo con mi mente. La cara de incredulidad del médico no tiene precio. Me dirijo directamente hacia detrás del escritorio y me siento sobre un montón de papeles que hay encima, cruzando las piernas justo enfrente del médico de la raza que me mira de arriba a abajo.*


- Puedes parpadear si quieres, es lo único que te dejaré hacer-

* digo antes de meterme un caramelo de la fuente que tiene sobre su escritorio en la boca. El me mira de arriba abajo de nuevo perplejo. Enseguida huelo su excitación. Mierda, olvide el efecto que tengo en los machos, cortesía del linaje Bloodletter*

- No, no, no he venido para eso. Por dios! Qué clase de elegida crees que soy-

* He dicho eso deliberadamente y disfruto enormemente con lo lívido que se pone al oír esa palabra. Me vuelve a mirar de arriba a abajo, blanco como la pared  que tengo enfrente*

- Sí, soy una elegida, nacida en el santuario, hija de la mejor de las elegidas habidas y por haber y del macho más cruel que existió, el Bloodletter. -

* Si antes estaba blanco ahora esta azul. Me encanta este macho, puede ser muy decorativo en un salón con unos cuantos jarrones a su lado*

- Sí, soy hermana del hermano de la daga negra Vishous y ¿sabes? He venido a cobrarme por lo que le hiciste, o mejor dicho. No hiciste por él.-

* Me meto un segundo caramelo en la boca* - ¿sabes? Estuvo muy mal dejar que mi hermano tuviera que cargar con toda esa turba de civiles sabiendo lo que ocurriría después. Estuvo muy mal apoyar al consejo al que tú perteneces solicitando un rythe ante el rey. Todo eso estuvo mal, muy mal-

*Me miro las uñas como si fuera una hembra de lo más femenina*

-He venido a cobrarme, Sanador. La familia Bloodletter siempre paga sus deudas, y te debemos un gran agradecimiento por hacer que celebráramos una hermosa ceremonia de rythe a la antigua-

* No pierdo más el tiempo y salto de la mesa. Havers se levanta de la silla de repente, para huir pero le sujeto por un brazo y echo hacia atrás mi cabeza para estamparle un cabezazo en su frente. 

El golpe le hace sentarse de nuevo en la silla con los ojos en blanco.

Le miro y me pregunto si le habré matado de un solo golpe. Joder, que mierda de macho está hecho. 

Respira y su corazón late. Marissa me matará si se entera que he dejado tonto a su hermano y mi mahmen me freirá del todo si dejo a la raza sin su mejor sanador. 

Suspiro. 

Un movimiento de sus ojos me alivia enseguida. Parpadea un par de veces enfocando su vista y cuando me ve se coloca los brazos sobre su cara, como si fuera a detener otro golpe.

- Haces bien en protegerte, porque voy a arrancarte las entrañas hasta verte morir lentamente- * Es mentira, pero eso él no lo sabe. Baja sus brazos de repente y me mira furioso. Vaya, el macho por fin encontró su valor. Me suelta un “¿qué clase de elegida eres?” que me hace reír.*

- Una que no estuvo atenta en las clases de elegidas. Ah!-* Le doy un puntapié en su tibia y oigo un chasquido y su grito resuena por toda la estancia*- Esto por no haber hecho ni jodido caso a mi hermana cuando vino a ti sangrando, por tratarla como a una mierda por ser una hembra. Mira, ahora podrás recordarme cada noche, y meterte en esa cabezota que no por ser hembra una deja de tomar sus propias decisiones y valerse por sí misma.-

* Me doy la vuelta dejando gimoteando u tocándose la tibia y mirándome furioso. Me giro un momento para mírale de nuevo riendo*

- Venga, se un macho con honor y deja de llorar. O mejor, cuenta a todos quien te ha roto la tibia y abierto la ceja que no deja de sangrarte. Eso será más divertido aun. Adiós Havers hijo de Wallen, espero verte pronto para recordarte lo que una hembra puede hacer. Chao!!-

* Y salgo por la puerta más contenta que nunca tropezando casi con Jane que viene pasillo abajo *



Sigue en " cuarta parte"
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